Muchacho que asustado aún está. Te veo todavía construyendo ciudades. Te comprendo. No ha resultad sencillo encontrarte. Quise perderme con el viento. Abrí ventanas imposibles de cerrar cuando más tarde. En cada rostro, un hogar donde creí poder permanecer, quedarme. El frío dentro. El fuego afuera. La soledad. Hoy he venido y te he hallado íntimo, aquí, conversando con los obreros que transportan palabras. Hoy quiero decirte que puedes descansar. Traigo piedras, cristales, maderas puras que he recogido para ti en los bosques de enero.