Tiempo de plantaciones. Julia Otoxoa

En invierno,

al llegar el tiempo de las plantaciones,

me gusta contemplar

ese desfile de jardineros desarmados

cruzando la ciudad,

 

llevando sobre sus hombros

en lugar de fusiles

árboles dormidos.

 

Esa imagen es para mí

tan hermosa

que vence toda la sinrazón

de la barbarie en la que estamos,

 

algo así,

como asistir a la poderosa fragilidad

de las raíces de la menta

levantando las piedras.

 

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