Pasión. Eva Molina Saavedra

En la encrucijada de los sentidos
se esconde una criatura reptante:
el esquivo capricho de un cuerpo
mareado, pero sin retroceder.

La ganancia sería la entrega,
porque no hay nada turbio
en el reflejo de la piel,
y obviar el deseo
es morir a la vida.

Déjame morder tus labios
e impregnarme de olor ajeno.
Este abismo nos pertenece
porque no lo elegimos.