Alguna vez escribiré con piedras, midiendo cada una de mis frases por su peso, volumen, movimiento. Estoy cansado de palabras.
No más lápiz: andamios, teodolitos, la desnudez solar del sentimiento tatuando en lo profundo de las rocas su música secreta.
Dibujaré con líneas de guijarros mi nombre, la historia de mi casa y la memoria de aquel río que va pasando siempre y se demora entre mis venas como sabio arquitecto.
Con piedra viva escribiré mi canto en arcos, puentes, dólmenes, columnas, frente a la soledad del horizonte, como un mapa que se abra ante los ojos de los viajeros que no regresan nunca.