Culpables. Gata Cattana

Aquella noche
no existe ya
más en el brillo
de tus ojos
cuando me miran,
cómplices…
En el cosquilleo
del secreto.
Estábamos hechos
de la plenitud
de sabernos débiles,
más de carne que nunca.
A sabiendas del pecado.
Culpables, culpables, culpables…
Temblando de miedo
y de pudor,
al descubrirnos
con la manzana
en la boca.