Mi forma inerte grande como un mundo no tiene noche alrededor ni día pero tiniebla y claridad por dentro hacen que yo, que tú, vivamos. Mares y cielos de mi sangre tuya navegamos los dos. No me despiertes. No te despiertes, no, sueña la vida. Yo también pienso en mí cuando te sueño y robo al tiempo todas mis edades para poblar mis íntimas moradas y acompañarte siempre, siempre, siempre