“¿Qué es lo que te ayuda a vivir en los momentos de desconsuelo y horror? La necesidad de ganar o amasar tu pan, el sueño, el amor, la ropa limpia que te pones, un viejo libro que relees, la sonrisa de la negra o del sastre polaco de la esquina, el olor de los arándanos y el recuerdo del Partenón. Todo lo que era bueno en las horas de deleite sigue siendo exquisito en las horas de desamparo. “