La humildad feroz de la belleza insiste entre las ruinas, resistimos.
Lo humano es lo único que importa, somos los incrédulos, los herejes en medio del dogma homicida, que da la espalda al otro, en este tiempo en el que se adorna el crimen, con los despojos de la inocencia, y nos razonan la barbarie como si fuera un tratado de filosofía.
La humildad feroz de la belleza insiste entre las ruinas, estos días desesperados exigen párpados insomnes.
Merodear por Hannah Arendt y Albert Camus para no enloquecer con la realidad