La permanencia. Anahí Mallol

de todos modos sí
a veces quisiera ser una piedra
esas tardes de júbilo pagano
con un marcado sentimiento de satisfacción
cuando el aire es ligero y los cuerpos
se dejan estar se dejan ir
y libres de peligro reposan
en la certeza de la estación como si ésta
no fuera a acabarse nunca no
se pudiera decir ahora
te toca a vos sos la próxima
que tendrá que irse y tu carne
se sabe cada vez más lejos de los árboles
de la exuberancia de las hojas y sus brillos
en el sol entonces
ser una piedra para no irse
nunca
de ahí o al menos
no ser la flor o el animal
que piensa mañana ya no voy a estar
sino el que se dice
fue un verano precioso
precioso
y nada más.